Decenas de migrantes se han apropiado de las vías en colonia Vallejo en la Gustavo A. Madero

Hay tirantez entre residentes de la colonia Vallejo y migrantes, en su mayoría provenientes de Venezuela, Ecuador y Honduras, que viven en un asentamiento irregular entre la Calzada de los Misterios y la calle Florencio Constantino, alcaldía Gustavo A. Madero, se ha acentuado en días recientes ante el reclamo vecinal a las autoridades federales y locales para que pongan un alto a las condiciones inhumanas que sufren los extranjeros.

Pero, los migrantes rechazan ser trasladados a un albergue fuera de la capital porque están en espera de recibir la cita para solicitar refugio en Estados Unidos con la aplicación CBP One; además, hace unas semanas obtuvieron dos amparos del Instituto Federal de Defensoría Pública para evitar que los reubiquen o deporten, como ocurrió con haitianos que acampaban en la Plaza Giordano Bruno y que fueron retirados.

Por su parte, los colonos señalan que por esa situación hay inseguridad en la zona, además de basura acumulada, fauna nociva, apropiación del espacio público y enfermedades entre la población adulta y menores de edad, mientras los migrantes señalan que son víctimas de discriminación y que desde hace cinco días les cortaron la energía eléctrica.

Por su parte, los habitantes de la colonia hicieron un recorrido por el campamento –constituido por cuartos improvisados con pedazos de tablas de triplay, láminas, cobijas y lonas, que entre ellos llaman ranchitos–, lo cual generó algunas discusiones sin que la situación escalara.

En el acercamiento, una vecina expuso a una joven migrante que los colonos visitaban el campamento para presionar al gobierno para que les dé una solución digna.

En la interlocución, la muchacha, quien llegó a la capital en enero, respondió: pues si es una forma de presionar al gobierno, dígales que cuando uno va caminando en la carretera que no nos detengan y no nos echen para atrás, y le pidió que dijera a sus vecinos que no tengan actitudes déspotas ni discriminatorias, como si nosotros fuéramos animales, la nacionalidad no importa.

Cabe señalar que Nélida Hurtado, de Venezuela y quien vive en las vías desde febrero, cocina arepas en una fogata mientras comenta que les quitaron la luz hace una semana, se quejan de los fogones, nos quitan la luz y ya no podemos cocinar en la estufa eléctrica. Señaló que por las noches la única luz cerca del campamento son las lámparas de las canchas.

Los habitantes de colonia Vallejo, quienes estuvieron acompañados por otros de la colonia Juárez, del movimiento la Calle no es Albergue, manifestaron que la humareda de los fogones es un problema de salud pública, además de que 700 personas viven en 150 casas improvisadas se ubican a un costado de instalaciones de Petróleos Mexicanos y una gasolinería, lo que es un riesgo en materia de protección civil, y refrendaron la inconformidad ante las acciones del Instituto Federal de Defensoría Pública, que obtuvo los amparos.

Finalmente, los migrantes dijeron no estamos aquí por gusto, hemos padecido la lluvia, el calor, y también a sujetos que vinieron a golpear a un muchacho nuestro que sólo quería trabajar limpiando parabrisas.

Con información de La Jornada

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