Jesús Aceves nació con una condición rara que lo llevó a ser víctima de acoso en su infancia. A los 12 años, se unió al circo como atracción y trabajó a nivel mundial en la industria durante muchos años. Ha regresado a su ciudad natal, donde tiene tres hijas, pero debido a que su condición es hereditaria, no están exentas de la discriminación que él enfrentó muchos años atrás.

A los 12 años, Jesús Aceves se unió al circo como atracción, junto con dos de sus primos, después de que el dueño de un circo se le acercara mientras trabajaba en un parque de diversiones en verano.

Aceves y numerosos miembros de su familia tienen una condición llamada hipertricosis, que le valió el nombre de “El Hombre Lobo” o, como lo apodaban de niño, “El Lobito”.

Enfrentando la discriminación Debido a la hipertricosis, Aceves tiene cabello oscuro y fuerte que cubre toda su cara. También significa que él y su familia no fueron tratados con amabilidad cuando estaba creciendo.

En Loreto, un pequeño pueblo de México, los residentes evitaban a sus parientes, mientras que Aceves era atormentado por otros niños cuando era joven. Solían acosarlo verbalmente, llamándolo con nombres despectivos y tirando de su cabello.

Unirse al circo Sus años en el circo no fueron perfectos. Como atracciones, él y sus primos eran encerrados para que la gente en la calle no los viera. Sin embargo, en la película “Chuy, El Hombre Lobo”, dirigida por Eva Arid y según lo traducido por la BBC, expresó:

“No es un mal lugar donde ganas dinero haciendo algo malo. Es un trabajo decente. Como artista, entretienes a la gente y los haces reír”.

Aceves aprendió numerosas habilidades, como caminar por la cuerda floja. Experimentó un período oscuro de aislamiento y depresión en el que abusó del alcohol, pero se recuperó.

Regreso a casa “El Hombre Lobo” regresó a su ciudad natal después de viajar con muchos circos durante años. Tiene tres hijas, una esposa y una familia extendida que viven allí. Hasta hace poco, viajaba entre Estados Unidos y Loreto, donde actuaba en el circo para mantenerlos financieramente. Lamentablemente, sus hijos enfrentan la misma discriminación que él. Su hija mayor, Karla, ha expresado:

“A veces, los niños dicen cosas que me ofenden porque a veces los adultos ponen ideas en la cabeza de los niños. Me dicen cosas y hasta les dicen a sus hijos que no sean mis amigos”.

Karla parece haber aceptado su condición, afirmando que intentó deshacerse de su cabello, pero simplemente volvió a crecer, concluyendo así: “Nací así y quiero quedarme así”.

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