Mallory, una mujer en sus veintes, reside en una distintiva y histórica casita conocida como “La Casa Champiñón de Mal”. Construida en la década de 1930, esta no tan pequeña morada de 500 pies cuadrados emana un encanto caprichoso. Mallory la ha renovado con cariño, incorporando paredes acentuadas, soluciones ingeniosas de almacenamiento en espacios reducidos y decoración inspirada en Barbie.
Al entrar en la diminuta morada histórica de Mallory, la atención se dirige de inmediato a su excéntrica cocina. Paredes acentuadas vibrantes, evocando la casa de ensueño de Barbie, establecen el tono. Los gabinetes pintados de rosa y la nevera a juego realzan aún más la atmósfera lúdica. Mallory ha adornado ingeniosamente las encimeras con un adhesivo impermeable tipo peel-and-stick que imita la apariencia del granito.
Toda la casita está adornada con encantadoras decoraciones temáticas de champiñones, predominantemente en tonos de rosa y pasteles para complementar las vibraciones inspiradas en Barbie. En la sala de estar, una encantadora chimenea de piedra evoca una atmósfera de cabaña en el bosque, continuando con el motivo de pared acentuada de la cocina. Mallory también ha pintado un mural artístico en la pared detrás del sofá.
El dormitorio elevado de Mallory sigue una temática de champiñones más pronunciada. Con altura de pie, tiene espacio para una cama queen, un tocador y un aire acondicionado portátil. Una mesita de noche creativa toma la forma de un soporte de planta colgante y caprichoso con una base plana. Sorprendentemente, un amplio vestidor, perfecto para un entusiasta de la moda, se encuentra al lado del dormitorio
Esta adorable casita, adquirida por debajo de su valor de mercado sin necesidad de reparaciones extensas, refleja el toque artístico de Mallory a través de actualizaciones cosméticas. A pesar de costar alrededor de $172,000 debido a las condiciones actuales del mercado inmobiliario, sigue siendo considerablemente más asequible que el hogar promedio en Wisconsin, ahorrando alrededor de $200,000.
Aunque el estilo de casa que mezcla Barbie con un cuento de hadas en el bosque puede no ser del gusto de todos, los entusiastas de las casas diminutas pueden apreciar sin duda la creatividad que ha transformado esta morada en un reflejo encantador y acogedor de su propietaria.