Lina Rissa, madre de cinco hijos, siempre soñó con tener una casa grande. Cuando se enteró de una casa abandonada en Kauniainen, Finlandia, decidió comprarla. A pesar de que nadie se atrevía a adquirir la casa, vacante durante décadas, Lina decidió arriesgarse.
El precio de la casa era bajo, básicamente solo tenía que pagar el costo del terreno, así que después de escuchar aconsejar, decidió comprarla. La ubicación del hogar en el borde del pueblo, cerca de sus abuelos y la escuela, fue un factor clave. En el momento de la compra, Lina estaba sola con sus cinco hijos, por lo que el apoyo de la familia fue fundamental.
Un tiempo después, en 2017, Lina conoció a su futuro esposo Jukka, quien la ayudó con la renovación de la casa. Ahora, la familia de Lina y Jukka Rissa incluye a 7 hijos y 2 perros.
La casa estaba en un estado de abandono: inclinada y con medio metro de agua en el sótano. Los esposos sabían que se necesitarían años de trabajo para restaurarla.
Y en el primer año de la compra, la casa sufrió un incendio. Lamentablemente, pocas cosas pudieron salvarse. Fue un golpe duro para la familia, pero no se rindieron. Se mudaron a un pequeño apartamento y comenzaron las reparaciones en la casa antes de lo planeado.
Durante la reconstrucción, todo, hasta el último detalle, fue renovado, incluyendo el sótano.
Algunas cosas fueron compradas en mercados de pulgas, mientras que Lina creó otras con sus propias manos.
Casi todos los días comienzan con Jukka cocinando en la estufa de leña, la cual se encarga de todas las comidas de la familia y produce las mejores pizzas, bollos, croissants, carne estofada y platos al horno. Lina solo utiliza la cocina eléctrica en días calurosos.
Por cierto, también encontraron la colección de sartenes en un mercado de pulgas.
Anteriormente, la casa tenía cuatro apartamentos, así que los esposos eliminaron cocinas adicionales y construyeron una sauna. Además de su esposo, Lina recibió ayuda de algunos amigos carpinteros en las renovaciones.
Lina es diseñadora de textiles de profesión. Su bisabuela también se ganaba la vida tejiendo. Además, a Lina le gusta pintar cuadros que decoran las paredes de su hogar.
¿Qué opinas del interior de esta casa?