En la actualidad, muchas personas tienen tatuajes en sus cuerpos: algunos tienen diseños expansivos, mientras que otros optan por inscripciones más discretas. Sin embargo, la australiana Ember Luke decidió ir un paso más allá, y en la actualidad su cuerpo está cubierto por seiscientos tatuajes.
Además, Ember quiso adornar su rostro con numerosos piercings, incluso tatuó la esclerótica de sus ojos. Cabe destacar que este procedimiento es bastante arriesgado, ya que existe el riesgo de perder la vista.
Desde que Luke comenzó a tatuar su cuerpo, han pasado seis años. Durante este tiempo, ha experimentado cambios significativos, y reconocerla en fotografías antiguas resulta bastante desafiante.
A Ember le propusieron un experimento: cubrir sus tatuajes faciales con maquillaje y usar lentes de contacto. Este aspecto resultó ser inusual para Ember, quien se mostró así frente a su pareja, y a él no le impresionó mucho la apariencia de la chica sin todos sus adornos. Curiosamente, Ember tampoco quedó encantada con la apariencia de su rostro al natural.