No hay fuerza comparable al amor de una madre, un sentimiento perfectamente encarnado por Ada Keating, de 98 años. Ada tomó la conmovedora decisión de unirse a su hijo de 80 años, Tom, en una residencia de ancianos para brindarle el cuidado especializado que requiere, algo que el personal de la instalación no podía ofrecer completamente.

Con una carrera de toda la vida como asistente de enfermería, la experiencia de Ada era precisamente lo que Tom necesitaba.

Tom, un antiguo pintor y decorador para HE Simm, se mudó a la Residencia de Ancianos Moss View en 2016 debido a su necesidad de atención las 24 horas del día.

El vínculo entre Ada y Tom es profundamente afectuoso; comparten un ritual nocturno de decirse buenas noches y disfrutan pasar tiempo juntos, especialmente viendo televisión.

Cada vez que Ada sale para una cita con la peluquera, Tom espera ansiosamente su regreso, dándole la bienvenida con un cálido abrazo.

Al nunca haberse casado, Tom ha pasado la mayor parte de su vida en la amorosa compañía de su madre, mostrando la profundidad de su vínculo inquebrantable.

Ada comenta con emotividad: “No importa tu edad, siempre serás mi hijo”.

A continuación, hay un video que detalla la conmovedora historia de este dúo “entrañable”, narrado en inglés.

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