La triste realidad es que algunas personas son renuentes a poner fin a relaciones violentas y comenzar nuevas, pero surgen historias de fortaleza y tenacidad. Un ejemplo es el de Cara Brookins, madre de cuatro hijos, que, a pesar de tener poco dinero, emprendió un viaje extraordinario que cambiaría sus vidas.

Cara, tras su segundo matrimonio abusivo, decidió construir su propia casa, aprendiendo de YouTube. Tras vender su casa, buscó un nuevo hogar. Aunque cualquier opción le parecía pequeña, sintió la necesidad de reunir a su familia. Pagó $20,000 por un terreno y un préstamo de construcción de $150,000, aprendiendo a construir desde cero mediante tutoriales.

Con hijos de dos a diecisiete años, la familia ayudó durante los nueve meses de construcción de la casa de 3,500 pies cuadrados. Drew, de quince años, ayudó con planos, mientras Jada, de once, contribuyó mezclando cemento. Brookins trabajaba mientras los niños estaban en la escuela, llevándolos al sitio de construcción después y trabajando hasta tarde.

A pesar de la borrosa información en YouTube y contratar ayuda ocasional, Brookins logró construir la casa, llamándola Inkwell Manor. Publicó novelas y un libro de memorias, “Rise: How a House Built a Family”.

Brookins destaca que, aunque avergonzados de no tener otra opción, resultó ser lo más beneficioso. Su historia es un recordatorio de la esperanza incluso en circunstancias catastróficas, demostrando la tenacidad de los sobrevivientes.

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