La chica destacada en la foto de portada, ahora una actriz renombrada, enfrentó la pérdida de su icónica madre a la tierna edad de tres años. Superando esta adversidad temprana, más tarde se convirtió en madre y creó lo que muchos describirían como una familia “perfecta” con su devoto esposo. Además de sus logros como actriz, ha compartido reflexiones perspicaces sobre la maternidad.
Nacida el 23 de enero de 1964 en Santa Mónica, California, la chica de la portada creció para convertirse en una sensación de Hollywood. Inicialmente especializándose en teatro en la UCLA, obtuvo su gran oportunidad en la serie de películas “Ghoulies” en 1985 después de tomar clases de actuación mientras trabajaba como camarera.
Aunque sus primeros roles en televisión fueron efímeros, un papel recurrente en “ER” allanó el camino para su icónico papel como la Detective Olivia Benson en “Law & Order: Unidad de Víctimas Especiales”, convirtiéndola en la actriz mejor pagada de la televisión.
Esta actriz, políglota en húngaro, español, francés, italiano e inglés, no es otra que Mariska Hargitay, ahora con 59 años. Su impactante interpretación de la Detective Benson no solo le valió premios Emmy y Globo de Oro, sino que también la inspiró a fundar la Joyful Heart Foundation, que apoya a sobrevivientes de violencia doméstica, abuso infantil y agresión sexual.
El viaje de vida de Mariska está marcado por la tragedia y el triunfo. Perder a su madre, Jayne Mansfield, a la tierna edad de tres años, la enfrentó a los desafíos de crecer sin una figura icónica. Jayne falleció trágicamente en un accidente automovilístico el 29 de junio de 1967, dejando a Mariska y sus hermanos heridos pero vivos. Criada por su padre y madrastra, Ellen Siano Hargitay, Mariska encontró fuerza y apoyo en su familia mixta.
La resistencia de Mariska brilla a través de su éxito en Hollywood, su duradero matrimonio con Peter Hermann desde 2004 y sus tres hijos: August Miklos, Amaya Josephine y Andrew Nicolas. La familia, adoptada y biológica, refleja la creencia de Mariska en la diversidad de los lazos familiares. A pesar de los desafíos que enfrentó, Mariska valora su familia “perfecta”, enfatizando la alegría, el caos y el amor que definen su unidad única y feliz.