A la tierna edad de dos años, Daniel Converse, hijo del guitarrista de Modesto, Steven Converse, asombró a sus padres al entonar espontáneamente el clásico de Elvis Presley “Can’t Help Falling in Love”. Steven, lleno de orgullo paternal, comparte: “Escucharlo memorizar y cantar la canción de manera independiente fue una experiencia conmovedora para nosotros”. Daniel, habiendo pasado un tiempo considerable con su padre durante sesiones musicales desde muy temprana edad, se inclinó naturalmente hacia la música.
Su talento musical innato fue evidente cuando sostuvo con confianza el micrófono, mostrando sin esfuerzo sus emergentes habilidades musicales. A pesar de algunos errores líricos, la comprensión de la melodía y el ritmo de Daniel fue impresionante.
Aprovechando el momento, Steven organizó rápidamente una sesión de estudio, equipando a Daniel con auriculares y proporcionando acompañamiento de guitarra mientras su hijo actuaba. Esta encantadora colaboración entre padre e hijo subrayó la deliciosa y sorprendente aparición del talento musical en la primera infancia, despertando emoción y anticipación por el futuro de Daniel en la música.