Monica Riley una vez albergó la ambición de inscribir su nombre en la historia como la mujer más pesada de la historia. A diferencia de otras personas listadas en el Libro Guinness de los Récords por sus pesos extremos debido a condiciones médicas, Monica buscaba deliberadamente aumentar de peso para alcanzar fama y ganancias financieras.
Con una predisposición natural a tener un peso corporal más alto desde su juventud, vio una oportunidad para aprovechar esta característica para obtener notoriedad y beneficios económicos.
En esta búsqueda personal poco convencional y peligrosa, Monica encontró un aliado en su esposo, Sid. Sid desempeñó un papel de apoyo en su viaje, no solo proporcionándole comidas altas en calorías, sino también preparando batidos especiales ricos en proteínas, que le administraba a través de un embudo, mostrando su compromiso con su objetivo.
Contrastantemente, la madre de Monica expresó un fuerte desacuerdo con esta búsqueda peligrosa, aunque sus objeciones cayeron en oídos sordos.
La búsqueda de Monica atrajo una atención generalizada, acumulando un amplio seguimiento en plataformas de redes sociales. Sus seguidores se unieron a ella, alentando la continuación de su búsqueda extraordinaria.
Finalmente, el peso de Monica alcanzó los 317 kg, sin embargo, sus aspiraciones se extendieron más allá, apuntando al hito de los 400 kg. Sabía que alcanzar ese peso probablemente la confinaría a la cama, una perspectiva que encontraba atractiva, imaginando que le concedería una existencia regia.
A pesar de la severa tensión en su cuerpo, aún en sus 20 años, Monica albergaba sueños de maternidad. Aunque tenía dudas sobre su capacidad para concebir debido a su peso, logró quedar embarazada dos veces, aunque ambos embarazos lamentablemente resultaron en abortos espontáneos.
Un momento crucial llegó con su tercer embarazo, cuando una visión del ultrasonido de su hijo por nacer provocó un cambio profundo en su perspectiva. Esta epifanía la llevó a abandonar su búsqueda de aumento de peso a favor del bienestar de su hijo por nacer.
A lo largo de su embarazo, Monica logró perder una cantidad significativa de peso, aunque su bebé nació prematuramente y requirió cuidados intensivos. La vista de su hija dependiendo de soporte vital fue una experiencia desgarradora para Monica, fortaleciendo su determinación de mantener su salud por el bien de su hija. Su hija finalmente prosperó y creció sana.
Hoy, Monica disfruta de su papel como madre alegre, manteniendo una presencia activa en las redes sociales. Su Instagram presenta numerosas fotos que muestran su vida y su querida hija.
Habiendo perdido la mayor parte de su peso en exceso, Monica ahora se presenta con una constitución promedio. Ella y su esposo continúan apreciando una figura más completa, sin intenciones de perseguir un físico delgado, abrazando su preferencia por las “formas suaves”.